Caso 1: LLUVIA DE RANAS (ELGOIBAR)

 

Fotografía de: Ibonzio

Puede parecer absurdo, pero no son pocas las lluvias raras que han acontecido alrededor del mundo. Los primeros en desconcertarse: los meteorólogos. Charles Fort (padre fundador de la investigación paranormal), fue el primer autor que recopiló los más insólitos chaparrones en su ensayo El libro de los condenados (1919). Entre los fenómenos meteorológicos, se encuentran inexplicables lluvias de tela de araña, trozos de hielo (en ocasiones de hasta cuarenta kilos), sangre, peces, cangrejos y ranas. Lo mas frecuente, es que ese tipo de hechos insólitos ocurran en ambientes mas fríos como los de norte de las islas británicas. En otras latitudes, como ocurrió en la ciudad de Buenos Aires (Argentina), llovió una ingente cantidad de ranas en estado de congelación —dentro de una especie de cubitos de hielo— hace ya más de cuarenta y cinco años.

Nuestro país no está exento de tales espectáculos de la naturaleza. El mas antiguo, acaeció en 1988 en la localidad turolense de Frías de Albarracín. Según cuentan los testigos, tras una fuerte tormenta, del cielo cayeron miles de estos anfibios, que durante días se adueñaron de las calles del pueblo. ¿Existe alguna explicación que pueda responder al enigma de por qué ocurren tales hechos en muchas regiones del mundo?

Según la ciencia, los sapos y ranas merodean en grandes agrupaciones por los campos, por lo que en ocasiones, la acción de fuertes vendavales pueden capturarlos y desplazarlos a muchos kilómetros de distancia. Otra explicación plausible serían las trombas marinas. En consecuencia, tanto trombas como tornados, elevan a esos pequeño animalillos a grandes alturas para después dejarlos caer en masa y de forma concentrada en un punto concreto de la tierra.

En España, tendríamos un segundo caso altamente documentado en Elgoibar —localidad perteneciente a la provincia de Gipuzkoa. Al ser limítrofe con Vizcaya y un caso claramente forteano no he podido descartarlo—, recogido por el diario de Noticias de Gipuzkoa en la mañana del 20 de mayo de 2015. Esto fue lo que ocurrió:

“Los vecinos de Elgoibar residentes en la calle Rosario y en las inmediaciones de la casa de Cultura se despertaron ayer con un espectáculo poco habitual que, a mas de uno, le hizo pellizcarse para ver si realmente era cierto lo que tenia ante sus ojos. El reloj marcaba en torno a las 7.00 horas y la tormenta que arreciaba en la localidad traía, además de agua, sapos. Como suena. Al menos esa es la impresión que se llevaron quienes en esos momentos salían a las calles ubicadas junto al cauce del rio Deba, cada ve mas repleta de los diminutos animales, de apenas un centímetro de longitud. 

La elgoibartarra Nerea Lodoso pudo contemplar el insólito espectáculo. Según cuenta, eran en torno a las 7.30 horas cuando, en el trayecto hacía el trabajo, le llamo la atención “el gran numero de pequeños puntos negros” que había en el suelo. En un primer momento, pensó que eran piedras, aunque, asegura, se dio cuenta de que algunos de esos puntos daban saltos. Para su sorpresa, vio que eran “minúsculas ranas, del tamaño equivalente a medio yema de un dedo”.

Si viviera Charles Fort, estoy seguro de que incluiría este caso en su lista de enigmáticos <<fenómenos atmosféricos>>. Creo que no hay ninguna duda de que ese acontecimiento sucedió. El medio acuático en el que viven y la pequeña envergadura de este tipo de animales, hacen factible pensar que puedan ser transportados a alturas relativamente grandes, para que tiempo después sean devuelto a la tierra en forma de “chubascos”. En este caso, no necesitamos ninguna explicación alternativa... o ¿quizás si?

ADRIÁN BASILIO

[Texto registrado en la oficina de "Propiedad Intelectual del País vasco"]

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FUENTES:

- EL PERIÓDICO “Lluvias con sorpresa. Con el agua han caído hasta peces y ranas”. (2016)

- FORT, CHARLES  El libro de los condenados (1918)

- IBONZIO. BLOGSPOT.COM “Lluvia de ranas en Elgoibar” (2006)